EL PUENTE DE TRIANA
Inaugurado en 1854, fue bautizado con el nombre de Isabel II, que entonces reinaba en España, pero se conoce popularmente como Puente de Triana. Sus autores fueron los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, quienes tomaron como referencia estética y técnica el Puente del Carrusel de París, el material utilizado son pilares de piedra e hierro, no hay nada de madera. La fundición del puente fue llevada a cabo en la propia ciudad de Sevilla, en la fundición de San Antonio regentada por Narciso Bonaplata, uno de los impulsores de la Feria de Abril.
Constituye la entrada a Triana por antonomasia, a través del Altozano desde el que se puede acceder a la famosa Calle Betis, adentrarse en la Calle San Jacinto, o alcanzar las calles San Jorge y Castilla. Y además, en un extremo del puente se levanta la Capilla de la Virgen Carmen, obra de Aníbal González. Restaurado en los años setenta del siglo XX y designado monumento en 1976, el Puente de Isabel II es un pasillo ineludible en las visitas a Sevilla y Triana.
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